
EL MANDATO UNIVERSAL DE JESÚS
Es importante subrayar que la dimensión universal del mandato de Jesús que estuvo presente desde el comienzo de la predicación. Jesús quería que su reino se extendiera por todo el mundo, por eso la iglesia actual es conciente de este mandato de Jesús y por eso ha dicho.
“Dios a amado tanto nuestro mundo que nos ha dado a su hijo, El anuncia la buena noticia del reino a los pobres de los pobres y a los pecadores. Por eso nosotros, como discípulos de Jesús y misioneros queremos y debemos proclamar el evangelio que es cristo mismo. Anunciamos a nuestros pueblos que Dios nos ama, que su existencia no es una amenaza para el hombre, que esta cerca con su poder salvador y liberador de su reino. ”.[1]
Jesucristo mando a los apóstoles que difundieran el evangelio por todo el mundo, así lo relata Mateo: “Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espirito Santo... (Mt 28,18-20).
Vemos que la dimensión universal de su mensaje estuvo presente desde el comienzo de la predicación, eso lo podemos constatar después de la curación del siervo del centurión (Cf. Mt 8,10-11), era una enseñanza que el Señor repitió varias veces y en su llamado a la conversión, también lo hacia a los gentiles por medio de parábolas como: la de los invitados al banquete de bodas que rehúsan ir (Mt 22,1-10; Lc 14,16-24).
Las mismas palabras de Jesús “Seres mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hch 1,8) son palabras de apertura para que todos sus discípulos comiencen la gran proclamación de la buena nueva del Señor, esto lo harán pero son muchas las dificultades que van a enfrentar, lo harán con toda clase de grupos étnicos y lugares geográficos. La persecución obliga a los discípulos (no aún a los apóstoles) a dispersarse y anunciar a Jesús en las regiones de Judea y Samaria (Hch 8).
El mundo judeocristiano
Este primer núcleo de judíos bautizados fue duramente perseguido por los judíos. Entre los perseguidos se encontraban los apóstoles Pedro, Juan y el diácono. Luego, "se desencadenó una gran persecución contra
En el año 135 los romanos aplastaron la segunda revuelta judía. Jerusalén fue tomada en asalto, arrasada, y la nación judía dispersada.
Esta afirmación, unida a ciertos intereses partidistas, ha hecho aceptar a la mayoría de los estudiosos la idea de que Jerusalén se había vaciado de cristianos locales a partir del año 70 y hasta el 333 y, por consiguiente, el cristianismo palestino había sido importado de otras partes del imperio.
El cristianismo surge con una visión universal pero al mismo tiempo con vínculos con el judaísmo.
En el año 135 los romanos aplastaron la segunda revuelta judía. Jerusalén fue tomada en asalto, arrasada, y la nación judía dispersada.
La presencia de judeocristianos y las difíciles relaciones con
En tiempo de los obispos oriundos de la gentilidad: Narciso y su sucesor Alejandro, finales del siglo II, se origina una controversia entre la jerarquía de cultura griega y los fieles judeocristianos sobre la celebración de la fiesta de Pascua que el concilio de Cesarea, año 109, había fijado en domingo, mientras que los judeocristia-nos la celebraban el 14 del mes hebreo de nisán, como inmutable. Sabemos que los judeocristianos estaban instalados en el siglo IV en el Monte Sión, cuna de
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